La osteoporosis es una enfermedad en la que aumenta la fragilidad de los huesos y el riesgo de sufrir fracturas. Esta patología no produce dolor de huesos y puede pasar desapercibida durante muchos años hasta que finalmente se manifiesta con una fractura.
Hasta hace unos años se consideraba que la osteoporosis era una enfermedad sin remedio, de gente mayor, propia de la edad. Hoy en día, la osteoporosis se puede detectar de forma precoz y con el tiempo necesario para poner remedio y prevenir fracturas.
Actualmente la tendencia de los especialistas es recomendar la detección de la osteoporosis antes de la menopausia para poder saber con exactitud la masa ósea fisiológica del paciente y poder hacer un correcto seguimiento de las pérdidas óseas.
Entre los datos que justifican la detección y tratamiento de la osteoporosis podemos destacar que la tasa de mortalidad de los pacientes con osteoporosis está aumentada por la mayor incidencia de fracturas fundamentalmente de cadera y en el caso de las fracturas vertebrales, pueden ser causantes de dolor crónico residual de difícil tratamiento. Estas graves complicaciones suponen una importante disminución de calidad de vida.[
La osteoporosis es la perdida de tejido óseo hasta que el esqueleto no puede soportar las tensiones normales y se puede producir una fractura con traumatismos leves e incluso en ocasiones, de forma espontanea.
La Organización Mundial de la Salud estima que la sufren aproximadamente el 30 % de las mujeres, la mayoría post-menopaúsicas y el 8,3 % de los hombres mayores de 50 años. Afecta a unos 3 millones de personas en España y la sufren el 50% de las mujeres mayores de 70 años. La osteoporosis produce cada año más de 1,3 millones de fracturas de vértebras, cadera y muñeca en el mundo.
La osteoporosis puede ser primaria, osteoporosis post menopáusica y osteoporosis relacionada con la edad, tanto en hombres como en mujeres, a los que se suman algunos factores genéticos y hereditarios o secundaria a enfermedades que produzcan perdidas de calcio.
Entre las causas secundarias, una mala alimentación, la anorexia, el déficit de vitamina D, la falta de ejercicio físico o algunos fármacos (tratamientos hormonales o medicamentos esteroideos), pueden favorecer la aparición de la osteoporosis. En las mujeres el factor determinante es la menopausia por la disminución de los estrógenos y en los hombres la disminución de testosterona propia de la vejez.
Generalmente la osteoporosis no se detecta hasta que aparecen síntomas clínicos claros, como las fracturas (normalmente en las vértebras torácicas y lumbares, el cuello del fémur y el radio distal) por lo que se hace necesario un diagnóstico precoz, con datos clínicos y con la cuantificación del contenido mineral óseo mediante densitometría.
la densitometría mide la masa ósea, bien a través de una forma mejorada de tecnología de dosis bajas de rayos X que se utiliza para medir la pérdida ósea (DEXA). Otras técnicas son la Tomografía computarizado (TC) con un software especial para diagnosticar la reducción la masa ósea o la ecografía que utiliza ondas sonoras, por lo general, en el talón. La ecografía es una prueba de detección que se usa para determinar precozmente si hay problemas. Es rápida, indolora y no usa radiación, como los rayos X. La DMO puede estimarse por una amplia variedad de técnicas, pero se considera a la DEXA como la más eficaz y fiable.
Se recomienda realizar un examen de densidad ósea en los casos de;
- Dolor de espalda sin motivo
- Antecedentes familiares de osteoporosis, fractura de cadera o de columna.
- Uso de medicamentos que generen pérdida ósea, (corticoides, anticonvulsivos determinados barbitúricos, o drogas de reemplazo de la tiroides). Antecedentes de tratamiento hormonal para cáncer de próstata o de mama.
- Diabetes del tipo 1 enfermedad hepática o renal crónica.
- fractura después de un traumatismo leve. actividades normales, como una caída desde la posición de pie o desde una altura menor (fractura por fragilidad).
- rayos X que evidencian fractura vertebral u otros signos de osteoporosis.
- Artritis reumatoide crónica o trastornos alimentarios.
- Menopausia precoz (ya sea por causas naturales o cirugía).
Existen además una serie de factores de riesgo a tener en cuenta que influyen en la osteoporosis, unos que no podemos modificar (como la edad, el sexo, la raza, la genética o los antecedentes de fracturar previas) y otros que podemos modificar (como el peso, tabaquismo, sedentarismo, consumo de alcohol, hábitos nutricionales o ingesta de fármacos)
El origen de la osteoporosis está en la ausencia del estimulo que produce la carga sobre el hueso a partir de ejercicio físico con resistencias. La inmovilización parcial (una extremidad) como la total (convalecencia en la cama) durante un largo período de tiempo provoca una atrofia muscular y una drástica pérdida de masa ósea. El hueso por déficit de movimiento, pierde densidad mineral y calcio y se entra en una etapa preliminar a la osteoporosis llamada osteopenia.
En general se considera que a partir de los 35 a 45 años se inicia una pérdida fisiológica de masa ósea, que en las mujeres aumenta después de la menopausia, por lo que es fundamental adquirir un adecuado “pico de masa ósea” en la adolescencia (El pico de masa ósea máximo se da alrededor de los 20 años) y evitar perder dicho “pico de masa ósea” en la madurez.
Realmente, el ejercicio físico aeróbico o ejercicios de resistencia son el tipo de esfuerzo más adecuado para mantener el tejido óseo y además contribuye a mejor la estructura y resistencia
De gran importancia será el desarrollo de hábitos nutricionales saludables (adecuada ingesta de calcio y vitamina D, adecuada ingesta de proteína, disminución de la toma de café, alcohol y tabaco).
Las necesidades de calcio varían con los años. Para el adulto se considera óptimo entre 1000 y 1500 mg/día. La vitamina D tiene por función garantizar la absorción del calcio, por lo que también es fundamental una dieta adecuada para evitar la osteoporosis. En casos de deficiencias se debe suplementar la dieta con las dosis adecuadas a cada caso.
RECOMENDACIONES DIETÉTICIAS EN LA OSTEOPOROSIS
- Adecuar el valor calórico de la dieta a las necesidades energéticas de cada persona. Evitar obesidad o hiper-delgadez
- Consumir de 3 a 4 raciones de láctico al día,
- Correcta ingesta de vitamina D.
- Realizar una ingesta correcta de verduras y frutas.
- Moderar el contenido de sal.
- Evitar el alcohol. Controlar el aporte de cafeína, No abusar de las bebidas azucaradas y carbonatadas. Evitar el tabaco.
- Aumentar la actividad física
- Suplementos de calcio y productos enriquecidos y fortificados en calcio y vitamina D
El tratamiento se basa en recomendar una cantidad adecuada de calcio en la dieta, la práctica de ejercicio físico y el empleo de medicamentos que contribuyan al mantenimiento o aumento de la masa ósea
Actualmente se emplean fármacos para combatir la osteoporosis con el objetivo de detener la perdida ósea, los anti-reabsortivos, pero no producen hueso nuevo. Otros fármacos ayudan a la formación estimulado las células que forman hueso, los osteoblastos y así añaden hueso nuevo al que está deteriorado.